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martes junio 28, 2016 Antes de la era digital, a los gobiernos totalitarios les resultaba relativamente sencillo filtrar la información a la que podían acceder a sus ciudadanos. Sin embargo, las opiniones disidentes hallaron en los panfletos, radios clandestinas y mensajes de mano en mano una válvula de escape a la represión.
La nueva batalla contra la censura se da en la red, y por primera vez las opiniones no toleradas llevan la ventaja, y son los Estados represores los que deben actuar en consecuencia para bloquear y restringir acceso a sitios web. El diseño descentralizado de la World Wide Web, un sistema de nodos conectados – como una telaraña – que carece de cerebro central, hace mucho más difícil cortar el tráfico de información. El control estatal sobre los contenidos accesible desde Internet es posible mas no invulnerable, como lo han demostrado activistas chinos que constantemente burlan lo que han bautizado como “el Gran Firewall de China”, un juego de palabras que ironiza la política de censura comparándola con la Gran Muralla. Mientras en Europa y EEUU se procura aplicar la censura a sitios de pornografía, particularmente infantil, gobiernos como el de China continental, Cuba y Corea del Norte aplican una censura extensiva limitando de forma indiscriminada cientos de miles de websites de un plumazo. Para ello, se hace necesario que el Estado sea el propietario o mantenga férreo control de los proveedores de servicio de Internet (o ISP), el principal punto de la cadena de conexiones en la que puede denegarse al usuario un determinado sitio web. Cuando el Estado controla a los proveedores del servicio, puede aplicar distintos enfoques para denegar el servicio de Internet, entre ellos:
El gobierno Chino es conocido por bloquear sitios de noticias como BBC News o Voice of America, sitios relativos al gobierno Taiwanés y sus instituciones, páginas que contengan información sobre el movimiento de liberación del Tibet, el Dalai Lama y sus enseñanzas, blogs personales, y aquellos proveedores de noticias que tengan información sobre brutalidad policial o la masacre de Tiannamen. En cuanto a los buscadores, el gobierno chino ha establecido una lista de palabras prohibidas que, al introducirse, dan ninguno o muy pocos resultados. Estas listas de palabras incluyen “democracia”, “derechos humanos” y “dictadura”. Google China (google.cn) suele mostrar el mensaje “De acuerdo con las leyes, regulaciones y políticas locales, algunos de los resultados de su búsqueda no están siendo mostrados”. Irán, Uzbekistán, Siria, Myanmar, Turquía, Arabia Saudita, Túnez y Vietnam son otras naciones que practican la censura de la Internet. En América Latina, únicamente Cuba desarrolla estas prácticas, y el servicio de internet se obtiene a través de “puntos de acceso” gubernamentales en los cuales se censuran direcciones IP y ciertas palabras clave, además de realizarse revisiones de los historiales de navegación. En Sao Paulo, Brasil, se requiere por Ley a los usuarios de cibercafés dejar identificación completa para acceder a la Internet, y un proyecto de Ley espera poder legislar en contra de los softwares anonimizadores, el uso proxies y requerirá almacenar un registro de todo el tráfico de red hasta por cinco años. En los EEUU, existen bloqueos a ciertos sitios específicos que han sido auspiciados y permitidos por jueces particulares, como el caso de documentos robados que acusaban a la farmacéutica Elly Lilly de ocultar información sobre el letal medicamento Zyprexa . Recientemente, se ha reportado que el Pentágono ha decidido censurar el acceso a algunos sitios web difunden información sobre soldados fallecidos en la guerra de Irak, porque “es necesario tener precisión y consistencia al tratarse de las bajas”. Algunas organizaciones se han dedicado a la lucha por los derechos civiles de los internautas y por la preservación de la libertad de expresión en Internet, como la Electronic Frontier Foundation, patrocinantes de las redes Tor. Reporteros sin Fronteras ha publicado en formato digital el Manual para Bloggers y Ciberdisidentes, uno de los primeros libros “de texto” sobre el tema, en el que se discuten las experiencias de opinadores y activistas que se oponen a los bloqueos informáticos y la represión. [ Tomado de Wikipedia, RSF, Censorware.net ] |
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— @SergioAleman1
— @bolUDOoficial
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